Navidades y “tercera ola”

Algunos expertos, ante el aumento de los desplazamientos y las reuniones sociales, han advertido de la posibilidad de que pueda haber una tercera ola de contagios que vuelva a poner a prueba la capacidad de los centros sanitarios.

Desde que comenzó la pandemia en nuestro país, allá por marzo de 2020, los epidemiólogos y expertos han venido lanzando multitud de recomendaciones y consejos para minimizar el riesgo de contagio, entre las cuales está la necesidad de portar mascarillas y que exista la llamada “distancia social”.

Ahora bien, como es lógico, en las fiestas navideñas esas medidas señaladas no han podido llevarse a cabo de manera efectiva, sea porque en las reuniones y eventos familiares no se ha podido mantener dicha distancia o porque logísticamente era imposible.

Como muestran las estadísticas, el número de contagios empieza a aumentar de manera alarmante coincidiendo con el periodo de incubación de aproximadamente 15 días, por lo que la semana del 11 de enero de 2021 se podrá empezar a constatar y a traducir en números de que manera las reuniones familiares y de amigos han podido tener algún tipo de incidencia en el aumento de la propagación de la pandemia.

En este sentido, debemos hacer un inciso para subrayar que, en general y salvo casos aislados, la ciudadanía ha sido muy prudente y ha querido asegurarse de que las reuniones familiares se producían en un entorno libre de COVID, como muestran las estadísticas (y las espectaculares colas en las puertas de laboratorios de análisis clínicos) que hablan de un espectacular aumento en la realización de PCRs de manera previa a viajar a celebrar las fiestas con sus seres queridos.

No olvidemos que el mayor peligro de esta enfermedad, en términos de salud pública, es la posibilidad de que ante la avalancha de contagios se produzca un aumento de la presión asistencial de tal manera que lleve al colapso del sistema sanitario público.

Anteriormente hemos hablado del peligro que esto puede conllevar para mantener estándares de calidad de las prestaciones asistenciales, existiendo, como hemos podido constatar, una relación directa entre presión hospitalaria y disminución de la calidad que, inevitablemente, puede llevar a que se produzcan errores de diagnóstico, tiempos de lista de espera excesivos o interrupción de tratamientos necesarios para enfermos crónicos.

Desde el equipo jurídico de ESM queremos transmitir nuestra preocupación sobre el riesgo que esto puede suponer, considerando que el sistema sanitario debe de mantener siempre y en cualquier caso la calidad en la asistencia, debiendo garantizarse tanto los tiempos máximos de las listas de espera, como la realización de las pruebas complementarias que pudieran resultar necesarias para alcanzar un diagnóstico correcto y adecuado.

Como abogados especialistas en negligencias médicas, desde ESM podemos ayudarte si crees que has sido víctima de la infradotación de medios y de personal del sistema sanitario ocasionada por este posible aumento de la presión hospitalaria. Estudiamos tu caso y te asesoramos, gratuitamente, sobre la viabilidad jurídica y las posibilidades de reclamación. Contacta con nosotros.