Residencias de ancianos

Tenemos una deuda para con nuestros mayores en la última etapa de sus vidas. Con el ajetreo de la vida diaria, no podemos compartir todo el tiempo que deseamos con ellos y, por eso, confiamos en las residencias y establecimientos socio-sanitarios para que les cuiden. La decisión de llevar a nuestros mayores a una residencia no es fácil. Dejar a nuestro padre/madre en manos de desconocidos, requiere un esfuerzo a toda la familia; es por ello que exigimos como contrapartida, de las distintas instituciones, que no escatimen recursos ni personal para que nuestros mayores se encuentren bien atendidos.

Desgraciadamente, en los últimos tiempos, la calidad de la asistencia que reciben nuestros mayores ha sido objeto de portadas en todos los medios de comunicación: ancianos abandonados, mal cuidados o directamente maltratados por los que supuestamente estaban a cargo de ellos. Este tipo de situaciones que, incluso, pueden derivar en lesiones, son susceptibles de responsabilidad civil; es decir, la dejadez de funciones en residencias de ancianos y establecimientos sociosanitarios no sólo puede dar lugar a una investigación de los hechos y a la adopción de medidas correctivas, sino también a una posible indemnización. Las caídas, la falta de aseo, la falta de seguimiento en algunas residencias, se está convirtiendo en uno de los problemas que no hemos resuelto todavía como sociedad.

La desatención de nuestros mayores por parte de residencias públicas, concertadas o privadas, puede dar lugar a diferentes acciones, todas ellas encaminadas a restablecer las mejores condiciones de vida de aquellos familiares que más queremos o a intentar reparar los daños causados.